Palestina tiene un origen oscuro

¿Sabías que los árabes no pueden pronunciar la “P” de Palestina? En árabe, esa letra no existe, y la sustituyen por la “F”. Entonces, ¿cómo es posible que el nombre de “Palestina” aparezca en la historia? La verdad es que ese nombre fue impuesto por el Imperio Romano en el siglo II d.C. con un objetivo muy calculado: borrar la identidad judía de su tierra ancestral.

10/14/2025

Palestina

La verdad es que ese nombre fue impuesto por el Imperio Romano en el siglo II d.C. con un objetivo muy calculado: borrar la identidad judía de su tierra ancestral.

Adriano y la rebelión de Bar Kojba

Después de la rebelión de Bar Kojba (132–135 d.C.), una de las últimas y más sangrientas resistencias judías contra Roma, el emperador Adriano decidió ir más allá de la represión militar. No bastaba con destruir Jerusalén ni con prohibir la circuncisión, él quería arrancar de raíz la memoria de Israel.

Así que en el año 135 d.C. rebautizó la provincia de Judea con un nuevo nombre: “Syria Palaestina”. ¿El motivo? Humillar a los hebreos y asociar su tierra con los filisteos, enemigos bíblicos de Israel, un pueblo que para entonces ya había desaparecido hacía siglos.

Era una jugada psicológica y política: al eliminar el nombre de Judea, Roma intentaba debilitar la conexión histórica y espiritual del pueblo judío con su tierra. Como explica el historiador Menachem Stern:

“El cambio de nombre no fue casual; fue un castigo y un intento de borrar la memoria nacional de los judíos.”

El origen de Judea y los Judíos

El nombre “Judíos” proviene directamente de Judea, región que toma su nombre de la tribu de Judá, una de las doce tribus de Israel. La palabra hebrea Yehudim designa a los descendientes de Judá, y de ahí surge el término que hoy conocemos.

Historiadores como Flavio Josefo, en su obra Antigüedades de los Judíos, describen Judea como el centro espiritual y cultural de Israel, con Jerusalén como su corazón. Desde el reinado de David y Salomón hasta la época del Segundo Templo, Judea representó la continuidad de la identidad hebrea.

Cuando Roma eliminó ese nombre, buscaba cortar el vínculo entre el pueblo y su tierra, pero la memoria histórica de los judíos mantuvo viva esa conexión hasta nuestros días.

Resumen de los nombres de la región de Judea desde los tiempos de Moisés y José hasta el Imperio Romano en tiempos de Cristo, siglo I.

  • Canaán / Tierra de Israel (Moisés, Josué y los Jueces) → Siglo XIII – XI a.C.

  • Reino de Israel y Judá (monarquía unida y luego dividida) → Siglo XI – VI a.C.

  • Provincia de Yehud (babilonios y persas) → Siglo VI – IV a.C.

  • Judea (época griega, macabea y romana) → Siglo IV a.C. – I d.C.

Resumen de los nombres de la región de Judea desde el siglo II hasta la actualidad.

  • Syria Palaestina (Imperio Romano, tras rebelión de Bar Kojba) → Siglo II – IV d.C.

  • Palaestina Prima, Secunda y Tertia (Imperio Bizantino) → Siglo IV – VII d.C.

  • Jund Filastin – dentro de Bilad al-Sham (Califato Árabe Omeya y Abasí) → Siglo VII – XI d.C.

  • Reino de Jerusalén (Cruzados, aunque Europa seguía usando “Palestina”) → Siglo XI – XIII d.C.

  • Filastin – distrito en la provincia de Sham (Mamelucos) → Siglo XIII – XVI d.C.

  • Vilayet de Damasco, Vilayet de Beirut, Sanjak de Jerusalén (Imperio Otomano; Europa seguía llamando Palestina) → Siglo XVI – XIX d.C.

  • Mandato Británico de Palestina (tras Primera Guerra Mundial, Declaración Balfour 1917, aprobación Sociedad de Naciones 1922)→Siglo XX (1917– 1948)

  • Estado de Israel proclamado en 1948; territorios árabes llamados Palestina en la política internacional → Siglo XX – XXI (1948 – Actualidad)

Palestina en el siglo XX: el regreso a la verdad

Saltamos siglos adelante. Tras la Primera Guerra Mundial, el Imperio Británico tomó control de la región, que seguía siendo llamada Palestina, herencia de la denominación romana. Sin embargo, un giro importante ocurrió en 1917, con la Declaración Balfour.

Ese documento, firmado por el ministro británico de Asuntos Exteriores, Arthur Balfour, establecía que:

“El Gobierno de Su Majestad ve con buenos ojos el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío.”

El texto no hablaba de un Estado árabe ni de una identidad palestina distinta; reconocía lo que era evidente: que el territorio llamado Palestina era, históricamente, la patria de los judíos. El mandato británico bajo la Sociedad de Naciones confirmó ese compromiso.

El historiador Bernard Lewis lo resume así:

“El término Palestina fue una invención romana, pero durante siglos fue usado por potencias externas. La verdadera continuidad histórica de la región estaba con el pueblo judío.”

Un nombre impuesto, una identidad sobreviviente

Entonces, cuando hoy escuchamos “Palestina”, debemos recordar que no fue un nombre árabe, ni una identidad propia, sino una etiqueta impuesta por Roma para borrar a los judíos.

La paradoja es que, aunque el nombre sobrevivió, también sobrevivió aquello que Roma intentó destruir: el pueblo judío y su vínculo inquebrantable con Judea, con Jerusalén y con la Tierra de Israel.

En palabras del profesor Martin Gilbert:

“A pesar de las conquistas, los exilios y los cambios de nombre, el lazo del pueblo judío con su tierra nunca se rompió.”